Luis Barragán
Misterio, embrujo,
encantamiento y serenidad.
Una de las principales obras del Ingeniero Luis Barragán, fue su “Casa Estudio”, diseñada y construida por él en 1947. Esta casa, ubicada en el barrio de Tacubaya del Distrito Federal, ha logrado ser reconocida como una obra maestra de la arquitectura del siglo XX.
Luis Barragán se distinguió por crear una arquitectura sensorial, despertando siempre emociones en las personas que visitan sus obras, ya sean críticos o sensibles a la arquitectura o personas completamente ajenas a ella.
Barragán tenía un proceso claro para la creación de sus obras. Arrancaba con pláticas con sus clientes, buscando entender sus estilos de vida y tratando de apropiarse del proyecto en su totalidad, como si fuera para él mismo, de esta forma su exigencia era mayor además de superar las expectativas del cliente. La segunda etapa, era la parte imaginativa y literaria. Aquí imaginaba el espacio, hacía una narración del mismo y describía las experiencias que generarían los elementos y los vínculos que habría entre un espacio y otro.
Lo primero que se puede decir acerca de la casa es que intenta contextualizarse en el barrio en el que se encuentra, logrando mantener su carácter tradicional al estilo de “vecindad”. Barragán no buscaba resaltar el exterior, ni crear una fachada que resaltara de su contexto sino generar una sorpresa al internarse en su obra. Existe un elemento que sobre sale de la fachada de la casa, una ventana que está desfasada del resto que se encuentra a paño. Pero el motivo de esta ventana no es expresar algo hacia el exterior, sino al interior. (FOTO: Casa Luis Barragán desde Calle General Francisco Ramírez, Colonia Tacubaya. D.F.)
La puerta de entrada a la casa posee un vidrio amarillo, que deja entrar la luz, bañando el estrecho pórtico con un tono amielado. Se encuentra también una banca de madera oscura y el piso hecho de piedra volcánica, contrastando con los muros amarillos, rematando con una pequeña escalinata del mismo material del piso y una puerta amarilla. La iluminación artificial de Barragán es muy característica ya que nunca se encuentra en el techo de sus obras, sino de manera indirecta en algún muro, o por medio de lámparas en el piso o sobre muebles. Por ejemplo en este pórtico, la luz se encuentra proyectada desde un muro bajo hacia el techo. Éste espacio de transición del exterior hacia el interior de la casa genera una gran impresión y provoca una sensación de relajación y tranquilidad. Funge un papel importante ya que prepara a los sentidos para las sorpresas y encantamientos que se vivirán en el resto de la casa. (FOTO: Pórtico Casa Estudio)Las dimensiones están perfectamente pensadas, de tal forma que si se abren las puertas de los espacios entre la entrada y el jardín se alcanza a apreciar, de manera dosificada, la vegetación ubicada en el jardín lo cual provoca cierto morbo de querer entrar a buscar ese espacio para poder entenderlo.
El siguiente espacio es conocido como Hall o Vestíbulo. Posee, al igual que la portería, un suelo negro de piedra volcánica, una escalera que comunica con el primer nivel de la casa y unos muros de un tono rosa que fungen como “complemento de la arquitectura”¹. A un lado de la escalera, se encuentra un pequeño escritorio con un teléfono y una silla. La magia de este volumen existe gracias a un cuadro de lámina de oro de Mathias Goeritz que se encuentra ubicado en un muro, pegado a la pared perpendicular a donde se encuentra un gran ventanal, haciendo reflejar la luz a todo el espacio de un color dorado/amarillo. Es un espacio pensado para la tranquilidad y soledad. Barragán afirmaba que con la soledad, las personas se encuentran a sí mismas. (FOTO: Hall o Vestíbulo)

El volumen que contiene la biblioteca y la estancia es de doble altura y está dividido por muros bajos para no perder conexión ni aislar los espacios. A esta aula se entra a través del vestíbulo y lo primero que se visualiza es una esfera que concentra el espacio sobre una mesa de madera de cedro. Esta esfera te permite observar el espacio que continua de manera perpendicular a la entrada. Otro detalle característico de Barragán es la compresión de alturas, principalmente en transiciones de espacios, para luego provocar liberación, la cual se logra al entrar a la estancia. Para dar cierta privacidad a la estancia, utiliza un biombo el cual también juega la función de indicar o dirigir el camino para llegar al espacio. Es notable la manera en la que Barragán diseña sus plantas, creando recorridos que se asemejan a laberintos inmersos en un jardín que busca interactuar con la obra y crear cierto suspenso mientras ésta se recorre. Al finalizar esta mampara de pergamino, es inevitable mirar hacia otro lugar que no sea el majestuoso ventanal que da al jardín, el cual da la impresión de querer adentrarse a la estancia. Éste suceso es de tal importancia, debido al diálogo e interacción entre el espectador y la naturaleza, separados por tan solo un vidrio. Los jardínes que propone el arquitecto, más que ser espacios útiles, pretenden generar sensaciones que van más allá de la naturaleza, dando vida y profundidad al espacio, además de parecer un jardín diferente desde cada ventana que lo elogia. Afirmó en su discurso de aceptación del premio Pritzker en 1980, la importancia de los jardínes al definirlos como “el refugio más eficaz contra la agresividad del mundo contemporáneo” ya que para él, nunca cambian y serán espacios básicos y necesarios para el ser humano, para distraerse de la evolución global. También menciona que “son una muestra reducida de naturaleza a proporción humana y puesta al servicio del hombre”, mezclando la poesía de la naturaleza y el misterio, con la serenidad y alegría que éstos proyectan. Este espacio te muestra el jardín casi en su totalidad, más no te permite acceder a él, provocando aún más deseo. (FOTO: Ventanal que permite visibilidad hacia el jardín).
En el área común de estancia biblioteca se encuentra la ventana mencionada que sobresale de la fachada. Está formada por cristales color ambar y ubicada en la doble altura, de tal forma que no es posible visualizar ni del exterior hacia el interior ni viceversa, pero se logra iluminar el espacio nuevamente con una luz amielada. Barragán veía al hogar como un refugio, un lugar silencioso, íntimo y sereno siendo esa su inspiración para crear el desfase de la ventana del resto de la fachada, de tal manera que el muro aparenta ser de mayor grosor y ofrece una sensación de seguridad y protección. Barragán crea espacios serenos y silenciosos pero a la vez vagan sentimientos intrigantes. En esta biblioteca existe una escalera “flotante” empotrada 30 cm a un muro y desembocando hasta un tapanco o “Cuarto de Música conectado con la habitación de huéspedes. La escalera fue inspirada por LeCorbusier en “Ático Béistegui” en uno de los viajes a Europa que realizó el arquitecto, por lo que es evidente que sus obras son “una sutil articulación”² de la arquitectura moderna que estaba tomando fuerza en Europa (después de las vanguardias) y la arquitectura tradicional o regionalista. Estos espacios del tapanco tienen en común la humildad con que fueron diseñados y amueblados, recordando los monasterios y conventos. En la sala de música se encuentran una gran colección de discos de música tribal, un crucifijo de marfil y una figura de San Francisco de Asis de quien era devoto. Barragán era un fiel creyente católico por lo que tenía la creencia de que el ser humano debía rodearse únicamente de cosas necesarias para no distraer al espíritu y concentrase en las cosas importantes de la vida que no son objetos materiales. Pueden encontrarse diferentes tipos de referencias y simbologías en sus obras, como son los marcos de puertas y cancelerías que forman una cruz. Las ventanas de estas habitaciones son unos postigos blancos estudiados que proyectan una cruz de luz. (FOTO: Luis Barragán en escalera de su Biblioteca.)
Para lograr penetrar en el jardín, es necesario pasar por un pequeño patio enmarcado por unos muros de gran altura parcialmente cubiertos por una enredadera. En este patio, se encuentra un conjunto de ollas y un cuerpo de agua de forma rectangular que al momento de dedesbordarse inunda el patio creando un ambiente mágico puesto que las ollas simulan estar flotando sobre el agua. Este patio es conocido como “Patio de Ollas”. Gracias a la inapreciable pendiente en el suelo hecho de piedra volcánica negra, queda un pasillo libre de líquido para lograr atravesar el patio. Los clásicos cuerpos de agua en obras de Barragán fueron inspirados por Alvar Aalto, por los lagos e islas del paisaje finlandés, y fusionados con sus recuerdos de los derramaderos de agua en los sobrantes de las presas y las fuentes del rancho al que acudía en su infancia con su familia. (FOTO: Patio de las Ollas).
En el segundo nivel, se encuentran el “Cuarto Blanco” o “Cuarto de las novias” y la habitación principal. Ambas decoradas con elementos sagrados y pinturas ecuestres, recordando sus vivencias de la niñez. La transición entre estas habitaciones y la terraza es el Vestidor o “Cuarto del Cristo”, nombre que recibe por la figura de Cristo ubicada en uno de los muros. Generando intriga y deseo de conocer el siguiente espacio, Barragán expone tres escalones los cuales guían por una estrecha escalinata, hasta la terraza. La angostura de esta circulación se debe a sus creencias y la lógica de los mitos, los cuales afirman que de uno en uno se sube al cielo, por lo que abstrae esa idea, y la plasma en este espacio de transición entre el vestidor y la azotea.
La terraza, limitada por unos muros de diferentes tonalidades y diferentes alturas, pero todas sobreescaladas. Éstos funcionaban como laboratorio de experimentación cromático. Existen dos motivos por los cuales el arquitecto decide la construcción y los detalles de esta terraza, el principal es que es una quinta fachada, la cual se le presenta a Dios. El segundo es, que es un espacio que no debe desperdiciarse y se utiliza como lugar de meditación y distracción; tiene la versatilidad de ser patio, capilla u observatorio dependiendo el humor y necesidad el espectador. (FOTO: Terraza/Azotea Casa Estudio Luis Barragán).
La complejidad de las plantas de esta casa, tienen un porqué. Barragán juega con los espacios de tal manera que al llegar a uno te muestra una pequeña parte de otro, para generar deseo en el espectador de descubrir qué hay en el otro espacio. Esa intriga sucede generalmente en las obras de Barragán a través de los diferentes volúmenes, buscando siempre la sorpresa y el asombro del receptor. Para Barragán, la arquitectura es una síntesis y una forma de expresar recuerdos para después plasmarlos en obras.
Los espacios de Luís Barragán son una conspiración constante entre muros y naturaleza, con el claro objetivo de producir emociones en el espectador.
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¹ Luis Barragán en “Guía Luis Barragán” por Federica Zanco, Barragan Foundation.
² Pensar, Edificar, Morar. Humberto Ricalde.
Felicidades equipo, empezaste con el pie derecho.
ResponderEliminarTe quedó excelente, no cabe duda que Barragán es una gran inspiración y un ejemplo de la arquitectura mexicana.